Natalia está cachonda


En su casa no hay nada, ni mesas, ni cocina, ni sofás. Lo único que tiene, de momento, es una cama. Fue lo primero que puso porque le parecía indispensable tener un lugar en el que follar nada más llegar. Con la cantidad de admiradores y amigos que tiene, no sé cómo aguanta aún su cama en pie, pero lo cierto es que quiere más y quizá ahora haya llegado, por fin, nuestro turno.